La gestión de marca es el proceso de construir su identidad. Esto implica darle un significado que el público pueda comprender. Mediante este también se busca hacerla memorable, así como capaz de motivar acciones en las personas que la aprecien. Entender qué es una marca, cómo se gestiona y cómo se mejora son procesos que no cualquiera puede hacer. Estudiar una maestría de innovación y emprendimiento puede ayudarte a tener una mejor percepción de tu marca para poder transmitirla al equipo de marketing.
De esta forma, lograrás alinear todos los esfuerzos de comunicación y promoción hacia un mismo objetivo, creando una imagen coherente y sólida en la mente de tus consumidores.
Una marca es un activo intangible fundamental que representa visualmente a una organización y le otorga identidad. Se compone de elementos como el nombre, la identidad visual y un conjunto de símbolos distintivos que la hacen notoria y reconocible para su audiencia.
La gestión de marca, o brand management, es el proceso estratégico mediante el cual se desarrollan, comunican y adaptan los valores y el significado asociados a la marca. Este proceso asegura que cada mensaje o interacción con ésta sea coherente, distintivo y atractivo, fortaleciendo su posicionamiento y su conexión emocional con el público.
A su vez, la gestión de marca incluye la adaptación de las expectativas cambiantes del mercado y los clientes, lo cual es esencial para mantener su relevancia y atractivo a largo plazo.
La gestión de marca es fundamental para construir una identidad clara que conecte con el público. Cuando este proceso se ejecuta bien, no solo se establece dicha conexión inicial, sino que también se fortalece y se expande con el tiempo. Esto impulsa el crecimiento de la organización, ya que mantiene y profundiza la relación con los clientes, aumentando su lealtad y confianza.
Existen diferentes modelos de gestión de marca que podemos abordar. A continuación, presentamos algunos desarrollados por expertos en comunicación y publicidad.
Este también es llamado Política de Identidad Corporativa y se trata de un enfoque integral para gestionar la identidad organizacional de una empresa. Su objetivo es asegurar que ésta refleje la personalidad y valores de la compañía, logrando así una imagen sólida y competitiva en el mercado.
Para aplicar este modelo, se sugieren 10 pasos clave, que incluyen el análisis del problema, el posicionamiento de la marca, y la revisión de la imagen proyectada para construir una identidad coherente. Además, enfatiza la importancia de la coherencia entre el comportamiento organizacional y la comunicación, el análisis de las percepciones del público y la evaluación continua de los resultados.
Este enfoque considera la marca como un activo valioso que, gestionado adecuadamente, aporta ventajas competitivas y sostenibilidad a largo plazo. El modelo de Aaker propone que la marca debe reflejar tanto la visión como la cultura de la organización, lo cual requiere la implicación de los líderes corporativos. Su modelo enfatiza la creación de una identidad corporativa robusta que impulse el reconocimiento, la lealtad y las asociaciones positivas, logrando así una conexión duradera con los públicos clave.
El modelo se centra en hacer que la marca destaque en un mercado saturado y combata la indiferencia de los consumidores en el proceso de compra. Para esto, propone tres fases principales: investigación, diseño de estrategia, e implementación y seguimiento.
En este caso, nos encontramos con un modelo estructurado en cuatro fases clave, en donde primero se establecen los principios que definen la identidad corporativa y estratégica global. Luego, se analiza el contexto para comprender a los competidores y las necesidades de los consumidores. En tercer lugar, se desarrolla una estrategia para la marca en conjunto con métricas que permitan evaluar su efectividad. Y finalmente, se implementa.
La implementación de los modelos mencionados puede ser una forma eficaz de mejorar la gestión de la imagen corporativa. Sin embargo, también hay lineamientos generales que podemos seguir. Por ejemplo:
1. Analizar la percepción de la marca. Esto puede hacerse a través de métodos como encuestas o análisis de datos, los cuales permiten entender cuál es la relación de los clientes con la empresa además de anticipar futuros comportamientos.
2. Identificar al público objetivo. Comprender quiénes son los clientes ideales ayuda a dirigir las estrategias de marketing de manera más efectiva, garantizando que el mensaje y las ofertas se alineen con aquellos más propensos a convertirse en clientes leales.
3. Establecer metas claras para la gestión de marca. Definir objetivos específicos y medibles permite monitorear el avance y ajustar las acciones según sea necesario, asegurando una alineación con la visión general de la empresa.
4. Desarrollar un plan de acción. El cual servirá de guía para realizar los pasos necesarios para alcanzar los objetivos establecidos.
5. Realizar una evaluación de los resultados. Lo que implica revisar indicadores de rendimiento, la retroalimentación de clientes, así como el impacto en la reputación de la marca, para así hacer los ajustes necesarios.
Estudiar una maestría en gestión y emprendimiento puede ser altamente beneficioso para mejorar la gestión de marca. cursos como creatividad e innovación, design thinking y descubrimiento de clientes te ayudarán a comprender mejor las necesidades de tu público y a diseñar experiencias de marca que conecten emocionalmente. Además, asignaturas como análisis de datos empresariales y ventas, y marketing para emprendedores te proporcionarán herramientas para evaluar la percepción de tu marca y desarrollar estrategias efectivas.
La formación en modelos de negocio y herramientas contemporáneas también te permitirá adaptarte a las tendencias del mercado y asegurar una gestión de marca más eficaz. ¿Te interesa cursar este postgrado? ¡Inscríbete ahora en el programa online de Harson University!
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