Entérate de la últimas novedades
Nuestro sitio web utiliza cookies para mejorar tu experiencia. Más información Politicas de Cookies
Es probable que hayas escuchado que los términos administración y gestión se usan indistintamente. Sin embargo, no se trata de sinónimos, aunque son palabras que se relacionan entre sí. Conocer la diferencia entre administración y gestión de empresas es fundamental, especialmente si estás considerando una maestría en administración de empresas, ya que te permitirá separar las funciones operativas de las estratégicas, mejorando la organización y el enfoque en los objetivos clave del negocio.
Para entender la diferencia entre administración y gestión es necesario partir por definir qué significan ambos términos.
En una empresa, la administración decide reducir los costos operativos en un 15% durante el próximo año. Para ello, establece un plan que incluye la reorganización de recursos y la adopción de nuevas tecnologías.
La gestión se encarga de ejecutar este plan: implementa los cambios en los procesos, supervisa la adopción de las nuevas herramientas tecnológicas y asegura que las operaciones diarias sigan las directrices establecidas por la administración, con el fin de cumplir con la meta de reducción de costos.
Si las definiciones y el ejemplo no han aclarado completamente los conceptos, a continuación, enumeramos las principales distinciones entre administración y gestión.
Una de las principales diferencias entre administración y gestión es su enfoque. La administración se centra en optimizar los recursos mediante la planificación y organización para maximizar la eficiencia. En contraste, la gestión se encarga de dirigir los esfuerzos diarios y supervisar las actividades para asegurar que se cumplan los objetivos establecidos.
Por ejemplo, la administración puede diseñar una estructura organizativa que optimice el uso del personal en diferentes departamentos para mejorar la eficiencia. La gestión, por su parte, se encarga de supervisar el desempeño diario de los empleados, asegurándose de que cumplan con sus responsabilidades y se alineen con los objetivos establecidos por la administración.
Un segundo punto que permite separar ambos conceptos es la diferencia en sus funciones. La administración se enfoca en planificar políticas y estrategias, estableciendo las directrices y objetivos a largo plazo para la organización. Esto incluye la formulación de planes y la definición de procedimientos.
Por otro lado, la gestión se encarga de ejecutar estas políticas y estrategias en las operaciones diarias. Su función es implementar los planes diseñados por la administración, supervisar su desarrollo. Además de hacer ajustes según sea necesario para asegurar que se logren los objetivos.
Por ejemplo, si la administración crea una política de trabajo remoto, se encarga de definir los objetivos y lineamientos. La gestión, en cambio, se ocupa de implementar la política, asegurando que el personal siga los procedimientos establecidos. Adaptando las prácticas según los resultados y necesidades diarias.
Un tercer factor que diferencia la administración de la gestión es el enfoque de la toma de decisiones. En la administración, las decisiones suelen ser centralizadas, es decir, se toman a nivel de la alta dirección o por el gerente del proyecto; mientras que, cuando hablamos de gestión, aquí también interviene la voz de los trabajadores, permitiendo que sus opiniones y sugerencias influyan en el proceso.
Por ejemplo, en una empresa, la administración puede decidir implementar un nuevo sistema de software sin consultar a los empleados que lo utilizarán. En contraste, en la gestión, el equipo de implementación del software podría realizar encuestas y reuniones con los empleados que usarán dicho programa para recoger sus opiniones y asegurarse de que el sistema se ajuste a sus necesidades y mejore su eficiencia diaria.
La administración se enfoca en la visión a largo plazo, estableciendo estrategias y objetivos que guiarán a la organización en un periodo extendido. En ese sentido, se ocupa de planificar el futuro de la empresa, tomando decisiones que afectan el rumbo estratégico y el crecimiento sostenido.
En contraste, la gestión está orientada a la ejecución de tareas y la resolución de problemas en el corto plazo. Su principal preocupación es asegurar que las operaciones diarias se realicen de manera efectiva y que los objetivos inmediatos se cumplan.
Por ejemplo, la administración podría diseñar un plan de expansión a cinco años para ingresar en nuevos mercados internacionales. La gestión, por su parte, se encarga de implementar las actividades diarias relacionadas con esta expansión, como coordinar la logística de entrada al mercado y ajustar operaciones según las necesidades inmediatas.
Si bien los estudios de pregrado en administración son útiles para tener una base sólida en conceptos empresariales. Tener una maestría en administración de empresas permite que dicha comprensión sea más avanzada, tanto a nivel teórico como práctico.
Esto es sumamente útil si se busca ejercer un puesto de liderazgo en las organizaciones, ya que en un MBA los profesionales desarrollan habilidades avanzadas para analizar problemas complejos, tomar decisiones estratégicas y liderar equipos de manera efectiva. Además, el enfoque práctico y los estudios de caso del programa permiten aplicar teorías a situaciones reales, mejorando la capacidad para gestionar proyectos y optimizar procesos.
¿Estás interesado en estudiar un Máster en Administración de Empresas? En Harson University contamos con un programa que te ayudará a potenciar tus habilidades de gestión y administración. Nuestro MBA ofrece una formación integral en áreas clave como estrategia, finanzas, marketing y operaciones, combinando teoría avanzada con prácticas reales. ¡Inscríbete ahora!
Entérate de la últimas novedades
¿Qué es el marketing de contenidos? Ejemplos y cómo aplicarlo
¿Cuáles son las diferencias entre negocio y empresa?
Entérate de la últimas novedades